El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) expresa profunda preocupación ante la desaparición de Enrique Alfonso Severo, testigo en la causa en la que se investiga el asesinato de Mariano Ferreyra. Severo fue gerente de la empresa Ferrobaires y debía testificar hoy sobre cuestiones clave relativas a los vínculos entre la dirección de la Unión Ferroviaria (UF) y la patota que atacó a los manifestantes el 20 de octubre de 2010.
En la etapa de la investigación de la causa, Severo había declarado que la noche del 20 de octubre de 2010 –día que mataron a Ferreyra- balearon su casa. Un día antes, había sido convocado a las oficinas de la UGOFE con el objetivo de organizar el ataque de la patota a los trabajadores tercerizados para el día siguiente, pero según su declaración se negó a participar y a eso atribuyó el ataque a tiros. Además, sostuvo que miembros de la UF tenían conocimiento del procedimiento que Gendarmería Nacional llevaría adelante en dependencias ferroviarias y que por esta razón habían retirado armas guardadas en el predio.
El CELS, que representa a la familia de Mariano en la causa, se puso inmediatamente en contacto con las autoridades políticas y judiciales para que no escatimen esfuerzos en la investigación. La desaparición de Severo constituye un hecho de gravísima importancia institucional. El Estado debe poner todos los recursos a su alcance para garantizar su aparición y la seguridad del resto de los testigos de la causa.