Los hechos del 20 de octubre de 2010 que culminaron con el asesinato del joven militante del Partido Obrero y tres heridos de gravedad, pusieron en evidencia un entramado de relaciones entre sectores del sindicalismo, del poder político y judicial, de las fuerzas de seguridad y grupos de particulares con poder de fuego. A su vez, sirvieron para poner en cuestión aspectos centrales de la institucionalidad democrática: la actuación de los agentes policiales frente a la protesta social, el modelo sindical y el rol del Estado en las problemáticas laborales. Presentamos un informe sobre el caso, publicado en el diario Página 12 el viernes 19 de abril de 2013, día de lectura del veredicto.
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