Murió Mario Bosch. Lo conocíamos desde hace décadas, era socio del CELS y nuestro vínculo con él era cotidiano; aún estamos conmovidos por la noticia.
Estaba en Buenos Aires para recibir un merecido premio que daba fe del compromiso de Mario con los derechos humanos. Intervino como abogado querellante en juicios por delitos de lesa humanidad y en particular, en la megacausa por la Masacre de Margarita Belén representó a las víctimas y al CELS.
Mario lideró la pelea por la creación del Mecanismo de Prevención de la Tortura del Chaco. Desde el inicio entendió que ese lugar debía ser un punto de referencia para la denuncia de las violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas policiales o penitenciarias en su provincia y también un espacio de diálogo con el gobierno local para lograr erradicar las prácticas de tortura y malos tratos. Con esa impronta, el Comité presentó distintas denuncias penales, acompañó a víctimas en su recorrido ante la justicia, inspeccionó lugares de encierro, presentó informes públicos con recomendaciones para la prevención de la violencia institucional en comisarías y cárceles. Fue el primer Mecanismo de todo el país y desarrolló un trabajo sustancial, que mostró el camino que debían seguir los demás.
El Mecanismo se creó como parte de una solución amistosa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre el gobierno de Chaco y la familia de Juan Ángel Greco, un joven artesano muerto en una comisaría, a la que el CELS representaba en esa instancia internacional. Por eso, acompañamos desde el inicio la creación del organismo y su conformación, y trabajamos junto a Mario, el presidente del Comité de Prevención de la Tortura local.
Lo despedimos con dolor y acompañamos a su familia en este triste momento.