El 25 de marzo de 1977 una patota de la ESMA intentó secuestrar a Rodolfo Walsh en la esquina de las avenidas San Juan y Entre Ríos. Walsh se defendió, pero cayó baleado por entre 25 y 30 integrantes del Grupo de Tareas 3.3.2., que realizaban desde hacía meses tareas de inteligencia para capturarlo. Su cuerpo fue trasladado al centro clandestino en donde fue visto por algunos sobrevivientes. Luego desapareció. En ese momento, hace 40 años, ya era uno de los escritores y periodistas más relevantes de la Argentina.
Llevaba con él un maletín con los papeles de la compra de una casa en San Vicente, que estaban a nombre de Norberto Freyre, el nombre que había usado cuando investigó los asesinatos de José León Suárez para Operación Masacre. A esa casa, que Walsh compartía con su mujer Lilia Ferreyra, fueron los militares el día siguiente para saquearla.
Los últimos momentos de la vida de Walsh, la presencia de su cuerpo en la ESMA y el robo de sus pertenencias fueron probados ante el Tribunal Oral 5, en diciembre de 2011. Por su asesinato condenaron a Alfredo Astiz, Jorge Acosta, Ricardo Cavallo, Juan Carlos Fotea, Ernesto Weber, Jorge C. Radice y Antonio Pernías. También recibieron una pena por el robo de sus papeles en la casa de San Vicente, que incluía cuentos, borradores de textos literarios y material de archivo. El CELS representaba a Lilia Ferreyra en los procesos judiciales por el asesinato y la desaparición de Walsh y el reclamo por sus papeles.