Protestar es un derecho es una plataforma que incluye artículos, entrevistas, videos y ensayos fotográficos producidos por activistas, expertos y académicos de distintas partes del mundo. Esta alianza editorial refleja la fuerza de las manifestaciones y el vínculo entre el derecho a la protesta social y la defensa de los derechos humanos, en un momento en el que se multiplican las movilizaciones.
El aumento en las protestas de gran escala al nivel mundial, el movimiento Black Lives Matter en EE.UU, la lucha de 40 años de las Madres de Plaza de Mayo, las protestas en que se preguntan: “¿Dónde está Santiago Maldonado?” y las manifestaciones de mujeres en distintos países son algunos de los contenidos disponibles en esta edición.
La protesta social y los derechos humanos están entrelazados: por un lado, porque las protestas se originan muchas veces en la vulneración de derechos. Por otro, porque el acto de protestar involucra en sí mismo el ejercicio de derechos como la libertad de expresión, el derecho de reunión, de petición, de disenso. Finalmente, porque la intervención de los Estados frente a la movilización pública suele resultar violatoria de los derechos de los manifestantes –a la libertad, la salud y, en los casos más extremos, a la vida.
El CELS y la ACLU (American Civil Liberties Union) son dos de las trece organizaciones que integran la red INCLO (International Network of Civil Liberties Organizations). La defensa del derecho a la protesta es un tema central en el trabajo de las tres organizaciones.