Hoy se cumplen tres meses desde que comenzó el juicio por la Masacre de Magdalena. Las escenas de aquella noche del 15 de octubre de 2005 y la madrugada del 16 se van esclareciendo en el debate oral en el que ya dieron testimonio alrededor de 150 testigos.
En el pabellón 16 estaban los detenidos con buena conducta. Estaban preparando las mesas para recibir a las visitas del día siguiente. Dos internos comenzaron a discutir sobre cómo ubicarlas. No hubo solución del conflicto, nadie intervino para detener la agitación que había generado la expectativa de festejar el día de la madre, que era el 16. Los penitenciarios entraron al pabellón descargando las escopetas. Las vainas quedaron a lo largo del pabellón, donde 35 de los internos habían sido acorralados e intentaban protegerse.
Adentro comenzó un incendio. Los agentes cerraron con candado la puerta y dejaron a los internos encerrados. En ningún momento colaboraron con las tareas de rescate. Los internos de los pabellones cercanos quisieron socorrer a los atrapados y la respuesta fue una nueva represión. Ni siquiera llamaron a los bomberos en el momento; se tomaron su tiempo: cuando los bomberos llegaron a los 10 minutos del llamado, el incendio estaba auto extinguido.
Los testimonios coinciden. Los compañeros y sobrevivientes no se volvieron a ver en doce años. Algunos siguen detenidos en otros penales, pero pese a las amenazas de represalias por parte de agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense, declararon ante el Tribunal Oral Criminal 5 de La Plata, a cargo del debate. Los peritos recogieron vainas con el plástico derretido, los ingenieros dijeron que las bombas hidrantes del penal eran inutilizables y estaban desconectadas, por eso no funcionaron las mangueras contra incendio.
También hubo otros testimonios en el juicio. Muchos penitenciarios dijeron no recordar nada. De los 141 convocados y los olvidos insistentes, se descartó llamar a declarar a 96 de ellos. Los jueces advirtieron en varias ocasiones que podían ser acusados de falso testimonio. A pesar de eso, hasta el momento cuatro penitenciarios fueron imputados por ese delito y tres de ellos fueron retirados con esposas del tribunal.
La madrugada del 15 de octubre de 2005 murieron en el pabellón 16 de la Unidad 28 de Magdalena 33 internos, de los 58 que estaban alojados en ese lugar. El juicio busca determinar qué hicieron esa noche quince agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense y qué responsabilidades les caben a ellos y al director del penal en ese momento y al ex jefe de seguridad exterior. El CELS representa a Rufina Verón en el juicio, Javier, su hijo murió esa noche.