El 14 de mayo falleció Mario Vega, una de las decenas de víctimas del violento operativo realizado el 16 y 17 de agosto de 2002 en la comunidad Nam Qom en Formosa. El operativo fue en reacción a la acusación de la policía provincial de que “un indio” había causado la muerte de uno de sus agentes. Desde la oscuridad, y sin dar aviso, los policías sacaron las armas y dispararon contra él y otras personas que habían sido detenidas. Mario fue disparado a quemarropa en el abdomen y en el brazo derecho. Un policía le aplastó la mano y le golpearon las piernas duramente, diciéndole “ahora sí te vas a morir indio de mierda”.
Pasaron dos horas hasta que fue trasladado en una ambulancia, esposado y en una sola camilla con el cuerpo de otra persona encima, al hospital en donde también fue objeto de insultos y actos discriminatorios. Esta actuación fue convalidada por la presencia del juez provincial Héctor Ricardo Suhr quien, adelante de Mario agonizando, dijo “deje que se muera ese indio”. Tuvo que ser operado de emergencia en Buenos Aires.
Debido a las golpizas y a los balazos, quedó con graves secuelas físicas y emocionales. Perdió la movilidad en la mano, tenía el ojo izquierdo muy lesionado y desde hace años se vio obligado a usar una silla de ruedas. Mario tenía un temor muy grande al personal médico por la discriminación que siempre vivió en manos de ellos. Hasta en su muerte tuvo miedo al encontrarse en un hospital.
Por estos hechos, y por las detenciones arbitrarias, torturas y otras graves violaciones de derechos humanos, ni una sola persona fue condenada. Por ello, llevamos el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El 1 de diciembre de 2016 la CIDH realizó una audiencia pública sobre el caso al encontrarse en una etapa de determinación de la responsabilidad internacional del Estado argentino.
Acompañamos a la familia de Mario y a su comunidad en este momento tan doloroso, y exigimos que el Estado repare integralmente las violaciones de derechos humanos cometidas en contra de la comunidad de Nam Qom por los hechos del 16 y 17 de agosto de 2002.