La crisis política en Venezuela requiere que la comunidad internacional se comprometa en colaborar con una salida pacífica y democrática del conflicto, que respete la voluntad popular.
Es necesario que el Estado venezolano garantice la protección de la vida, la vigencia plena de los derechos humanos y el derecho a la protesta, así como la investigación efectiva de las violaciones denunciadas.
La intervención de Estados Unidos sobre la política regional evoca situaciones que América Latina ya ha atravesado con consecuencias trágicas. Es preocupante que el gobierno argentino avale el rol que Estados Unidos está jugando en la región.
La amenaza con la intervención militar, la presión sobre asuntos de política interna y la imposición de sanciones económicas que contribuyeron a empeorar la situación socio económica muestran que Estados Unidos busca condicionar la vida política de la región.
Cualquier intento de injerencia unilateral o de intervención militar debe ser rechazado por los gobiernos, los organismos multilaterales y las fuerzas políticas.