Luego de más de tres años de juicio, hoy el Tribunal Oral en lo Criminal N 2 confirmó que hubo una maniobra para encubrir el atentado a la AMIA. Al comenzar, encuadró los hechos como “graves violaciones a los derechos humanos”, en línea con la denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –realizada en 1999 por Memoria Activa.
En el proceso judicial quedó probado lo que los familiares, agrupados en Memoria Activa, sostuvieron durante décadas: la maniobra para desviar la investigación se decidió desde el Poder Ejecutivo en complicidad con los funcionarios judiciales que tenían la obligación de investigar los hechos.
El Tribunal condenó a Juan José Galeano, Hugo Anzorreguy, Carlos Telleldín, Ana María Boragni, Juan Carlos Anchezar, Carlos Castañeda. También condenó a los ex fiscales Eamon Gabriel Mullen y José Carlos Barbaccia. Durante el juicio ambos habían recibido el apoyo del ministro de Justicia, Germán Garavano, en un intento de encubrir a los encubridores.
Desde hace años, las y los familiares luchan para obtener verdad y justicia, prácticamente en soledad y con la dirigencia comunitaria en contra. La principal consecuencia del encubrimiento que hoy quedó probado es que luego de 25 años, las y los familiares de los 85 muertos en el atentado y toda la sociedad argentina, continúan sin saber la verdad sobre lo que ocurrió.