A 30 años de la sanción de la ley de drogas en Argentina, lanzamos este sábado 21 de septiembre un acuerdo de 5 puntos para comenzar a diseñar una regulación legal del cannabis para uso adulto, basada en criterios de salud pública. Se trata de un consenso inicial entre Organizaciones No Gubernamentales provenientes del campo de los Derechos Humanos, las Ciencias Sociales, la Seguridad, la Educación y la Salud Mental; también de Asociaciones Civiles dedicadas a difundir información sobre reducción de riesgos y daños y sobre el cannabis y sus distintos usos. La cita es a las 15 hs. en la Asociación Civil Cogollos del Oeste, Paysandú 459, barrio porteño de Caballito.
La jornada estará organizada en tres mesas: una de apertura y dos informativas en donde se explicarán los puntos del acuerdo y se presentarán nociones centrales como regulación, consumo responsable, autocultivo y clubes sociales de cannabis, una estimación sobre el mercado existente y datos estadísticos sobre la criminalización del uso de sustancias psicoactivas. Creemos que es necesario que se debata con base en la evidencia científica y sin prejuicios morales, por lo que habrá especialistas que responderán consultas al público en general y la prensa.
Cambiar el estatus legal del cannabis implica reconocer la existencia de un mercado que hoy es clandestino con los costos que ello trae aparejado para la salud y seguridad de las personas que consumen y las consecuencias negativas que acarrea para otras cientos que son encarceladas por cultivarlo o venderlo al menudeo, muchas veces como práctica de supervivencia. Las propuestas alternativas a las políticas de drogas reinantes a nivel global buscan ofrecer respuestas efectivas para el control de la demanda desde una perspectiva de Derechos Humanos y de reducción de riesgos, daños y vulnerabilidades.
El cannabis es la sustancia ilegal más consumida en nuestro país y en el mundo, su regulación ya es una realidad en Uruguay, Canadá y varios estados norteamericanos y se encuentra en debate en España, Holanda y México. El fracaso y la crisis humanitaria generada por la guerra contra las drogas exigen explorar nuevas opciones. Nos une la lucha por una reforma profunda de las políticas de drogas, que ponga al sujeto en el centro de las acciones tendientes a mejorar la salud y la seguridad entendidas como derechos.