El sábado 16 de enero se cumplen cinco años de la primera detención de Milagro Sala, por participar de una protesta contra medidas tomadas por el gobierno de la provincia de Jujuy. Desde entonces, la dirigente social está privada de la libertad sin condena firme.
A partir de su detención, hubo un entramado de “acusaciones consecutivas”, un despliegue de causas judiciales y un contexto de vulneración de la independencia judicial destinados a sostener la privación de libertad de Sala de manera indefinida, de acuerdo a lo que sostuvo el Grupo de trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas, en octubre de 2016.
Ya trascurrieron cinco años de detenciones preventivas sucesivas, sin que aún tenga una condena firme en su contra. Durante 2020, en la llamada “Megacausa” se dejó sin efecto su prisión preventiva y, tras una decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el proceso que la sometió a juicio en el caso de los “huevazos” debe ser revisado. La Corte Suprema también debe revisar la condena de la causa “Pibes Villeros”; la defensa de Sala denuncia que en este proceso sus derechos como imputada fueron violados, sin que ella haya podido conocer de qué hechos debía defenderse.
A cinco años de su detención, la causa de la protesta que dio origen a su detención sigue abierta y la persecución continúa hasta hoy. Resulta inadmisible que el ejercicio de la libertad de expresión en Argentina sea materia de persecución penal. A su vez, la dirigente social continúa detenida preventivamente lo que resulta violatorio de las garantías del debido proceso y presunción de inocencia.
Abogados y abogadas del Noroeste argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (ANDHES)
Amnistía Internacional Argentina
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)
Foto: Télam