Los Mendoza son una familia que vive hace más de 30 años en La Totorilla, una pequeña localidad rural en el departamento de Ojo del Agua, en Santiago del Estero. El lugar está habitado por una comunidad campesina de algo más de 30 personas. En 2018 los Mendoza sufrieron dos violentos intentos de desalojo, a manos de Raúl Báez, un hombre con fuertes vínculos en la zona, que intentó sacarlos del lugar con un gran grupo de hombres y personal policial. Luego de eso se inició una causa plagada de irregularidades con la intención de echarlos. Cuando un juez resolvió que los desalojaran, se pidió la nulidad de esa sentencia y ahora se espera un nuevo fallo.
En el primero de los intentos de desalojo, Báez llegó a la casa de los Mendoza. Con insultos y amenazas, les dijeron que debían dejar esas tierras que les pertenecían. Les dijo que se trataba de un desalojo formal, pero nunca le mostró a la familia una orden judicial. Los policías que acompañaban a Báez tampoco se identificaron. Les dijeron que debían dejar la Totorilla, que sus animales serían trasladados y que les niñes de la familia serían llevados a una institución. Todo este primer episodio sucedió cuando los hombres de la familia estaban trabajando en el campo, así que Gladys, la madre de la familia, tuvo que resistir acompañada por sus hijas y sus nietes.
En una segundo intento, de nuevo con amenazas, Báez consiguió que Roque Mendoza le firmara un convenio de desalojo. Un juez lo terminó homologando y ordenó que los desalojaran. En esa situación, los Mendoza se pusieron en contacto con el MOCASE Vía Campesina y pidieron la nulidad del fallo. Ahora, la familia Mendoza se encuentra esperando que la jueza Alicia Brim, del Colegio Civil 1 de Primera Instancia, anule esa decisión, que está por fuera de los estándares internacionales. Desde el CELS nos presentamos como amicus curiae en la causa en base al derecho al territorio de las comunidades campesinas.
Además de la violencia que sufrieron en cada intento de desalojo, les hijes de la familia Mendoza denunciaron en la justicia haber sido víctimas de distintos tipos de delitos durante su niñez por parte de Raúl Báez y de sus hijos.
La forma de vida de las familias campesinas, como la familia Mendoza, está íntimamente ligada a la tierra desde una dimensión económica, histórica y sociocultural. Se trata del territorio donde la familia cría animales, recolecta frutos, se obtiene miel, entre otras actividades, y son las tierras utilizadas para la producción alimentaria. Es por ello que la amenaza de desalojo implica no sólo una vulneración del derecho a la tierra para esta familia campesina sino también la afectación de otros derechos humanos, como el derecho a la alimentación, a la vivienda, a la salud y a un nivel de vida adecuado.