El Estado aceptará su responsabilidad internacional por una internación ilegal en una clínica psiquiátrica

El 6 de junio se firmará un acuerdo de solución amistosa ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por el caso de María del Carmen Senem de Buzzi ocurrido en 1993. El acuerdo establece diferentes medidas estructurales como la promoción de la implementación de la Ley Nacional de Salud Mental en las provincias.

El 20 de octubre de 1993, María del Carmen Senem de Buzzi se presentó en un juzgado de familia a solicitar un tratamiento para su hijo que sufría adicción a las drogas. A partir de esta presentación, una jueza nacional ordenó que la sometieran a una pericia psiquiátrica que duró apenas unos minutos y dispuso su internación forzosa, en violación de la legislación vigente en ese momento. María del Carmen fue engañada por las autoridades del juzgado y trasladada a una clínica psiquiátrica de la provincia de Buenos Aires, donde estuvo detenida por casi cinco meses.

El lunes 6 de junio, casi 29 años después, el Estado argentino aceptará su responsabilidad internacional por la violación de distintos derechos reconocidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos en perjuicio de María del Carmen, y pedirá disculpas a su hijo. A las 11.30 en la ex Esma, se firmará un acuerdo de solución amistosa entre el Estado y la familia de María del Carmen en relación a su denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instancia a la que recurrió con la representación del CELS.

El caso de María del Carmen es paradigmático porque muestra cuál era la respuesta estatal que recibían las personas usuarias de los servicios de salud mental en Argentina antes de la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental. Pero también invita a reflexionar sobre las prácticas contrarias al derecho internacional de los derechos humanos que aún persisten, a pesar de la vigencia de la ley.

Durante los primeros 15 días de internación, María del Carmen permaneció completamente aislada, sin tener ningún contacto con el mundo exterior ni con su familia, en condiciones muy precarias que le provocaron distintas enfermedades. Su voz y opinión fueron ignoradas de manera sistemática. Jamás pudo conocer la razón por la que se encontraba allí, ni recibió información sobre su tratamiento médico, ni de parte del personal de la clínica ni de algún representante legal.

Durante todo ese tiempo, los defensores públicos no se contactaron con ella ni realizaron presentaciones judiciales adecuadas en defensa de sus derechos. El juzgado no controló la internación ni veló adecuadamente por su libertad e integridad. Cuando María del Carmen finalmente salió del centro psiquiátrico, presentó un recurso judicial que tardó casi 14 años en ser resuelto y que fue rechazado. Le negaron la posibilidad de tener justicia y reparación por los daños sufridos. Ella murió en febrero de 2019, y su hijo Maciel continúa su legado.

El acuerdo que se alcanzó entre las partes establece medidas de naturaleza estructural, como por ejemplo, la promoción de la implementación en las provincias de la Ley Nacional de Salud Mental; la presentación de planes de adecuación de los hospitales neuropsiquiátricos públicos de la Provincia de Buenos Aires y la adopción de las normas de habilitación y supervisión para el funcionamiento de los efectores de salud mental y consumos problemáticos en la provincia de Buenos Aires; capacitaciones y formación en salud mental y derechos humanos para funcionarios y magistrados del ámbito judicial; y otras medidas de difusión y publicidad del acuerdo y de los derechos de personas usuarias de atención psico-social.