Durante la segunda jornada del juicio oral y público por el asesinato de Diego Cagliero tres testigos declararon que no vieron ningún arma en poder de los jóvenes que, el 19 de mayo de 2019, terminaron baleados por la policía cuando volvían del velorio de un amigo. Diego murió en el acto, Mauro Tedesco resultó herido de gravedad y otros seis que viajaban en la misma camioneta resultaron ilesos de milagro. Esto ocurrió después de que los jóvenes intentaran llevarse sin pagar mercadería de un supermercado en Martín Coronado.
El oficial Rodrigo Canstatt está acusado de homicidio agravado por haber sido cometido por un miembro de fuerza de seguridad y por el uso de arma de fuego, y también por tentativa de homicidio agravada del resto de los ocupantes de la camioneta. Esta última calificación es la que comparte con el oficial subinspector Sergio Darío Montenegro; ambos miembros del Comando de Patrullas de Tres de Febrero. Para justificar su accionar, los policías plantaron armas en la escena del crimen e idearon una falsa versión de los hechos en la que recibían disparos de las víctimas.
La audiencia comenzó a pocos minutos para que dieran las diez de la mañana, en los Tribunales de San Martín. El primero en pasar a declarar fue Lucas Carrasco, dueño del supermercado. El hombre declaró que aquel día, mientras estaba trabajando, entraron al supermercado seis jóvenes que empezaron a meterse mercadería entre la ropa. Advertido por una clienta, le pidió a Roberto Guerra, encargado de seguridad, que se fijara en las cámaras. Todo terminó con Carrasco, Guerra y otro empleado del supermercado saliendo a buscar a los ocho jóvenes que estaban ya en la camioneta Ducato tipo furgón a punto de irse.
Según el relato de Carrasco, fue entonces que abrió la puerta de la camioneta y se produjo una discusión y en ese momento los jóvenes le devolvieron algunas de las cosas que se habían llevado. “En ningún momento vi un arma”, respondió el testigo ante la pregunta de una de las partes.
Una vez que los jóvenes abandonaron el supermercado, Carrasco salió en su auto a perseguirlos con la intención de recuperar las cosas que faltaban o denunciar el hecho si se cruzaba con un patrullero. Así ocurrió. Entonces, efectivos de la policía bonaerense llegaron al supermercado para ver las cámaras y emitir un mensaje de alerta por radio sobre el supuesto robo.
Carrasco contó que más tarde la policía volvió a su comercio y le pidió que fuera a hacer la denuncia a la comisaría porque habían encontrado a los sospechosos y “habían tenido un tiroteo en el que había muerto una persona”. Ante la pregunta de qué sintió cuando la policía le comunicó eso, el testigo respondió: “Me sorprendí, porque en base a los hechos que sucedieron en el supermercado… no lo podía creer”.
El responsable de seguridad del supermercado, Roberto Guerra, también fue contundente: “Armas no tenía ninguno”, dijo. Su relato de los hechos es similar al que expuso su jefe, pero fue enfático al afirmar que, más allá de la discusión, no hubo violencia.
El oficial Diego Reinaldo Torres, miembro del Comando de Patrullas de Tres de Febrero al momento de los hechos, fue el tercer testigo del día. Él fue uno de los efectivos que participó de la búsqueda de la camioneta en la que viajaban Diego y sus amigos. Según su declaración, en un momento logró cruzar su patrullero para impedir que la camioneta Ducato siguiera su curso. Entonces, relata, el conductor intentó esquivarlo chocándole la parte trasera de su vehículo. En esos momentos, dijo el efectivo, escuchó dos tandas de disparos. Pero aseguró que no vio ningún arma en la camioneta. Además, Torres explicó que no utilizó su arma reglamentaria en todo el procedimiento porque “no era el recurso adecuado para ese momento dado que nunca estuvo en peligro su vida”.
En la jornada de hoy, también declararon Analía Ibáñez, por entonces oficial de servicio de la Comisaría 5ta de Eufrasio Álvarez, quien estuvo en el lugar al inicio de la investigación. Juan Tripi, testigo del procedimiento policial, y Gabriela Segundo, cabo de la Gendarmería, que fue parte del trabajo pericial donde ocurrió el crimen.
El debate comenzó el lunes 6 de febrero en los Tribunales de San Martín, con la modalidad de juicio por jurados, dirigido por el juez Marcelo Machado, presidente del Tribunal Oral Criminal 1. La fiscal que lleva adelante la acusación es María Fernanda Billone.
Desde el CELS tomamos intervención en el caso desde sus inicios, en apoyo a la familia de Diego y al abogado que la representa. Luego asumimos la representación legal de otras dos víctimas del hecho, Emmanuel Albelo y Alfonso Roldán.
Las audiencias continuarán mañana, miércoles 8 de febrero, con la declaración de otros seis testigos entre los que está Horacio, el padre de Cagliero, y uno de los jóvenes que iba en la camioneta.