Adrián Solé Pizarro es empleado municipal. Trabaja como chofer en el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) de Tres de Febrero. El 19 de mayo de 2019, manejaba la camioneta que intentó interceptar a una Fiat Ducato que fue marcada por las cámaras como sospechosa. Con él iba la policía Carla Yanina Sánchez. Según declaró frente al jurado, cuando interceptó la camioneta quedaron de frente y él observó al conductor para ver qué hacía con sus manos. Solé Pizarro aseguró que no vio a nadie en la Ducato que lo apuntara con armas y que su compañera —que sí iba armada— no disparó en ningún momento.
Esto se dio en un domingo inusual en los Tribunales de San Martín, mientras las calles mostraban la postal desierta de cualquier fin de semana, la sala de audiencias estaba llena por el público que asistía a la séptima audiencia del debate oral que tiene como imputados a dos policías del Comando de Patrullas de Tres de Febrero por el asesinato de Diego Cagliero y el intento de homicidio de otros siete jóvenes.
Antes de Solé Pizarro declaró la oficial Sánchez. Incómoda y esquiva en todo momento, contó que en el momento de los hechos, trabajaba en el COM de Tres de Febrero y que después del mediodía recibieron un alerta por radio. En el mensaje se mencionaba a “ocho masculinos armados” que habían cometido un robo en un supermercado. Además, según declaró Sánchez, se informó que se movían en una camioneta tipo Traffic blanca con el logo de la empresa Aysa.
Sánchez relató con muchos blancos lo que recordaba de aquel operativo. Dijo que la camioneta iba “fuerte”, que los chocó al intentar escapar, que escuchó disparos, que se acercó cuando ya habían frenado y vio que los ocupantes fueron detenidos. También relató que después se dedicó a cortar la calle porque en el lugar “había muchos compañeros y era todo un revuelto”. Además, Sánchez confirmó que ella no vio que ninguno de los ocupantes de la camioneta hubiera tenido armas.
Sin embargo, parte de su relato entró en crisis cuando el representante de la familia de Diego Cagliero, Fernando Sicilia, pidió la palabra para preguntarle en base a sus dichos. Apoyado con los videos del propio COM -donde se ve con claridad la camioneta Ducato avanzando por avenida Márquez a la misma velocidad que el resto de los autos- el abogado le preguntó respecto a sus dichos sobre la velocidad del furgón. La mujer titubeó y solo reconoció que efectivamente la camioneta avanzaba con normalidad cuando el juez Marcelo Machado le recordó que estaba bajo juramento de decir verdad.
Igual secuencia ocurrió cuando Sicilia le pidió que dijera si veía o no a efectivos policiales subiendo o bajando de la camioneta ya detenida, luego de la balacera. Luego de varias evasivas reconoció que al menos tres efectivos subieron y bajaron del furgón.
“En la hipotética situación de ir con un compañero también armado, solo por el alerta de la radio y sin haber visto armas usted hubiera disparado”, preguntó Sicilia. La respuesta de Sánchez fue corta y sencilla: “No”.
“Si yo frenaba nos mataban a todos”
Ángel Bramajo se sentó frente al micrófono, dijo que el resto de los chicos que estaban con él en la camioneta aquel 19 de mayo eran sus amigos y después juró decir la verdad. Entonces, la fiscal María Fernanda Billone le pidió que contara qué pasó aquel día: “Asesinaron a Diego Cagliero”, respondió Ángel y enseguida siguió contando que su supervisor le había prestado la camioneta para que pudiera ir al velorio de un amigo, que así lo hizo y ahí se encontró con sus amigos. Declaró que ellos fueron en caravana al cementerio y después volvieron al barrio Los Altos de Podestá. Ahí, según su relato, decidieron hacer un asado para despedir al amigo fallecido y por eso fueron a comprar en la camioneta de su trabajo al supermercado Día de Martín Coronado.
“Estaciono la camioneta, se bajan los chicos, yo le había dado dinero a Diego… A los cinco minutos me abre la puerta trasera alguien que no conocía, entonces me bajo y ahí veo que estaban discutiendo y que mis amigos les devolvían una caja de hamburguesas”, contó Ángel y aclaró que él se enojó mucho con sus amigos por lo que estaba pasando: “Me enojé con ellos porque estaba usando la camioneta de mi trabajo, yo siempre cuidé mi trabajo”.
Pasado el incidente, Ángel puso en marcha la camioneta y siguió camino: “Vamos por Márquez, cuando estábamos llegando a Gabino Ezeiza, donde está la Shell, veo un patrullero saltando los bulevares como queriéndome atropellar, no sabía por qué era, miro a mi costado y tenía tres policías apuntándome con armas, me asusto, volanteo y acelero”, contó Ángel y siguió con la secuencia que ya relataron sus amigos que en las audiencias pasadas pasaron por el estrado: “Cruzo el semáforo en verde, acelero y escucho muchos disparos. Más de diez seguro. Escuchaba la chapa, como (los proyectiles) pasaban la camioneta. Ahí escucho a Mauro que le pegaron un tiro. Freno, pongo el freno de mano, y bajamos con las manos en alto”.
Entonces es cuando los esposan boca abajo, Ángel cuenta ante el tribunal que miraba para los costados y veía a sus amigos pero no a Diego. “Empecé a preguntar dónde está Diego, dónde está Diego. Recibí una patada en la boca y me dijeron: ‘Cerrá el orto, la concha de tu madre”. También en ese momento, el testigo contó que empezaron a preguntarle de quién era la Taurus 40. “Nada que ver, nada que ver… Nadie estaba armado”, respondió Ángel en ante les jurades recreando sus palabras de aquel domingo.
Ángel también pudo escuchar pisotones en la camioneta, pisotones que identificó como de gente que subía y bajaba de la camioneta.
La abogada del CELS Bárbara Juárez también interrogó al testigo. Pidió precisiones sobre el momento en el que apareció la policía: “¿En algún momento la policía los persiguió de atrás”, preguntó; Ángel respondió que no, que nunca hubo persecución. Además, confirmó que ninguno de sus amigos llevaba armas y que por lo tanto nadie exhibió ni disparó un arma contra la policía.
A su turno, el defensor oficial Fernando Lagares, representante del imputado Sergio Montenegro, le preguntó al testigo por qué, si había tenido miedo, en vez de frenar la camioneta, aceleró. “Reaccioné con miedo y aceleré… Si yo frenaba nos mataban a todos”, contestó Ángel y confirmó que los disparos que mataron a Diego e hirieron a Mauro fueron en ese momento.
Qué se juzga y quiénes son los imputados
El 19 de mayo de 2019, Diego Cagliero y siete amigos viajaban en la camioneta Fiat Ducato. Luego de haber tenido un incidente en un supermercado de Martín Coronado fueron interceptados por efectivos del Comando de Patrullas de Tres de Febrero que balearon la camioneta causando la muerte de Diego y heridas graves en Mauro Tedesco. Los otros seis jóvenes se salvaron de milagro.
El oficial Rodrigo Canstatt está acusado de homicidio agravado por haber sido cometido por un miembro de fuerza de seguridad y por el uso de arma de fuego, y también por tentativa de homicidio agravada del resto de los ocupantes de la camioneta. Esta última calificación es la que comparte con el oficial subinspector Sergio Darío Montenegro.
Los efectivos están siendo juzgados por une jurade popular bajo la supervisión del presidente del Tribunal Oral Criminal 1 de San Martín, Marcelo Machado. La fiscal que lleva adelante la acusación es María Fernanda Billone.
Desde el CELS tomamos intervención en el caso desde sus inicios, en apoyo a la familia de Diego y al abogado Fernando Sicilia e Iván Koffman, que la representan. Luego asumimos la representación legal de otras dos víctimas del hecho, Emmanuel Albelo y Alfonso Roldán.