Durante la quinta audiencia del juicio oral y público que tiene como imputados a dos policías del Comando de Patrullas de Tres de Febrero por el asesinato de Diego Cagliero y el intento de homicidio de Mauro Tedesco y otros seis jóvenes, declaró un médico legista que pudo confirmar que la herida de bala recibida por Mauro puso en riesgo su vida. Además, dio su testimonio Alfonso Roldán, una de las víctimas que es representada por el CELS.
Alejandro Vega es especialista en anatomía patológica y medicina legal. En 2019 trabajaba como médico de la Policía Departamental de San Martín. Por eso, el 21 de mayo, dos días después del crimen, le llegó el requerimiento de la justicia para analizar desde el punto de vista médico legal el informe realizado en el Hospital Bocalandro sobre la herida de bala sufrida por Mauro Tedesco. Vega explicó en el juicio que el paciente presentaba una fractura del hueso sacro y la perforación de la vejiga y que “según el marco jurídico, las lesiones eran de tipo grave”. Además, aclaró que en ese momento estaba ingresado en terapia intensiva.
La abogada del CELS, Agustina Lloret, le consultó al testigo si esas heridas habían puesto en riesgo la vida de Mauro. El testigo respondió que sí y que por eso se le había practicado una intervención quirúrgica de urgencia.
El relato de Alfonso
Alfonso Roldán era amigo de Diego Cagliero y de la mayoría de los jóvenes que aquel 19 de mayo de 2019 fueron a despedir al cementerio a Pablo, otro amigo que había muerto por un problema respiratorio. Después, los ocho subieron a una camioneta Fiat Ducato tipo furgón que le habían prestado en el trabajo a uno de ellos y fueron a un supermercado Día%, de Martín Coronado. Ahí, según contó Alfonso, bajaron en dos tandas: un grupo primero y él solo, después. “Entro por un pasillo y agarro un vodka Smirnoff, me lo guardo y salgo para la camioneta”, dijo Alfonso y agregó que mientras tanto pudo ver a Yonatan y a Diego que “se quedan pagando en la caja”.
En su relato, Alfonso dijo que ya en la camioneta, sus amigos discutieron con personal del supermercado que reclamaban una caja de hamburguesas. “Se les devolvió y no pasó a mayores”, dijo en relación al incidente y aclaró que no duró ni cinco minutos. Además, aclaró, que nadie —ni ellos ni los empleados— hizo gestos como para mostrar un arma.
Ya con el incidente atrás, los ocho amigos siguieron viaje con la intención de ir al barrio Los Altos de Podestá para hacer una comida en honor a Pablo. “Agarramos por Márquez, ya nos habíamos olvidado de la discusión del Día… como que no había pasado. Más o menos una cuadras antes de la comisaría nos cruza un patrullero de frente en contramano, y Ángel, que iba manejando, se asusta, pega un volantazo y ahí se escuchan dos o tres disparos y después más de diez”, relató Alfonso ante les jurades que siguieron atentamente su declaración.
El testigo contó que en ese momento entró en shock, que al lado suyo iba Mauro y que por eso pudo ver que le habían dado un disparo en la cintura. “Empieza a gritar y se frena la camioneta, ahí nos dimos cuenta de que estaba herido”, dijo.
En ese momento, Alfonso no vio que las balas también habían alcanzado a Diego, recién pudo presumir eso cuando los bajaron de la camioneta. Ahí fue que los esposaron y los mantuvieron tirados en el piso. “A Mauro, que tenía una bala en la cintura, lo esposaron igual”, declaró.
“A mí, a Emanuel y a Damián nos meten en un patrullero. El policía que manejaba nos empezó a preguntar: ‘De quién es la Taurus 40 que está en la camioneta’. ‘Nosotros no estamos armados… no tenemos nada, estamos diciendo la verdad’, le decíamos. “Ahí pensé que nos iban a meter la Taurus 40. En la fiscalía nos dimos cuenta de que nos metieron otras armas”, relató Alfonso.
El testigo negó terminantemente que la camioneta hubiera armas y, más específicamente, ante la pregunta de Agustina Lloret, negó que Diego o Rodrigo García hubieran disparado.
Alfonso contó que después del hecho quedó con muchos problemas psicológicos y lo graficó con un ejemplo: “Por mi trabajo de repartidor estaba acostumbrado a los controles policiales, me pedían los papeles y siempre actuaba normal; después de lo que pasó me paraban y empezaba a temblar. Una vez me paró un patrullero, uno de los policías me preguntó: ‘¿Por qué temblás ¿Tenés algo?’. “Revise, no tengo nada… tiemblo porque me pasó esto, esto y esto. Y le conté lo que había vivido”.
Otros testigos
En la audiencia declaró también el médico especialista en medicina legal y emergentología quién constató la muerte de Diego en el lugar del hecho: “Había un cadáver en una camioneta, en el asiento trasero, un masculino identificado como Cagliero Diego Raúl, de 30 años”, dijo y agregó que tenía en la espalda del lado izquierdo, cerca de la axila, un orificio compatible con herida de arma de fuego. Además, ante la pregunta de la fiscal María Fernanda Billone sobre si había visto algo que le llamara la atención sobre la camioneta, el testigo no hizo referencia a ningún elemento.
Cuando le tocó su turno, el médico Roberto Ramiro Barragán, forense de la Asesoría Pericial del Departamental San Martín, explicó el informe antropométrico que le realizó a los imputados y a una mujer miembro también de la policía bonaerense
Por su parte, María Victoria Salto, de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense, reconoció una serie de elementos de prueba que, a pedido de la fiscalía, secuestró en la jefatura departamental de Tres de Febrero a la sargento Florencia Micaela Fretes. Se trata de una pistola Bersa Minithnder calibre 9 mm. con dos cargadores y 26 municiones intactas.