El 26 de septiembre de 2017 se cumplieron tres años de impunidad por la represión a los estudiantes secundarios mexicanos y la desaparición de cuarenta y tres de ellos en Ayotzinapa. En 2016 concluyó el mandato del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI o Grupo), que fue establecido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para contribuir al esclarecimiento de lo sucedido. El Grupo evidenció la intervención de la policía estatal y federal y la presencia del Ejército en el escenario de las desapariciones, descubrió más de sesenta fosas comunes en el Estado de Guerrero y exhibió cómo un alto funcionario del gobierno federal manipuló pruebas. El GIEI legó, así, una experiencia inédita que merece una reflexión sobre las capacidades y los desafíos de los mecanismos internacionales de protección de derechos humanos, cuya intervención creativa y en tiempo real puede ser muy relevante.
El derecho internacional desarrolló una compleja estructura de mecanismos de promoción y protección de los derechos humanos. Ahora bien, la experiencia demuestra que se alcanzan muy pocos resultados si se concibe a estos espacios como un fin en sí: son sólo un medio disponible en el marco de disputas sociales complejas que demandan la combinación de diversas estrategias políticas y jurídicas. En la mayoría de los casos, su capacidad de impacto involucra muchas otras acciones y actores más allá de los que pueden acceder a estas instancias. Desde esta perspectiva, en este capítulo analizaremos la labor del GIEI para dimensionar las potencialidades que de ella se derivan.