A lo largo de 2009 se produjeron conflictos sindicales que tuvieron un nivel elevado de repercusión pública.
En este capítulo, por un lado, se da cuenta de los hechos desarrollados en la fábrica Kraft (ex Terrabusi) y en el subterráneo de Buenos Aires por ser paradigmáticos de las prácticas contrarias a la libertad sindical y por haber despertado un fuerte interés en la opinión pública. Estos casos exponen el potencial de las decisiones judiciales para equilibrar o desequilibrar el poder de los actores sociales en disputa y contribuir de este modo a resolver o escalar los conflictos. Se toman como ejemplo estos conflictos ya que sus reclamos se fundaron en disputas por mejores condiciones laborales y contra los despidos masivos (Kraft), por el respeto al derecho a organizar sindicatos alternativos a los existentes (subterráneo) y, en ambos casos, por la protección del fuero sindical.
Por otro lado, se analizan las decisiones de la Corte Suprema, que habilitan una discusión mayor sobre el derecho a la libertad sindical y se repasan algunos de los casos emblemáticos que deberán ser resueltos en 2010.
Por último, se mencionan las posibilidades de argumentar en estos asuntos a través del uso del derecho internacional de los derechos humanos.
A su vez se hace énfasis en la necesidad de una intervención activa del Estado para el reconocimiento de nuevas agrupaciones sindicales y la protección de la estabilidad laboral de aquellos trabajadores que forman parte de las disputas sindicales.