Durante los últimos meses de 2001 y los primeros de 2002, se vivió una situación de emergencia sanitaria. Dicha situación fue informada en gran medida por los medios masivos de comunicación y reconocida por el Poder Ejecutivo. En este contexto, el Gobierno nacional adoptó una serie de medidas que resultaron insuficientes dada la magnitud de la emergencia.
En este capítulo se informa sobre el grave estado de los hospitales públicos, provocado por la crisis financiera y la incapacidad del Estado para responder de manera urgente a esta problemática. A su vez, se da cuenta de algunas situaciones particulares que atravesaron grupos de personas que se encontraron imposibilitadas de acceder a las medicinas necesarias para tratar sus enfermedades o cuyo acceso se vio dificultado considerablemente. Se hace especial énfasis en las personas que dependían de la provisión estatal de dichos medicamentos. Por último, se realiza un repaso de las políticas puestas en marcha por el Gobierno para intentar dar respuesta a la crisis sanitaria sin precedentes que vivió el país en este período.