Dentro del lento y a veces contradictorio camino por instaurar en la Argentina, la vigencia plena de los derechos humanos -reconocidos por la Constitución Nacional así como por otros instrumentos jurídicos aprobados por el Congreso de la Nación- la situación de los inmigrantes en cuanto a dichos derechos aún en 1998 seguía siendo relativamente peor que la del resto de los habitantes de nuestro país. En efecto, la situación de vulnerabilidad de los inmigrantes, a la que nos hemos referido en Informes anteriores, no experimentó la mejora que debería haber tenido lugar en un régimen democrático. Es por esta mayor vulnerabilidad de ciertos grupos de inmigrantes, en relación a los demás habitantes de nuestro país, en materia de derechos humanos, que concentraremos la atención una vez más en estos aspectos básicos de la política inmigratoria y de actitudes de las autoridades, que constituyen en buena medida herencias no superadas de las dos últimas dictaduras. Luego centraremos la atención no ya en las cuestiones -que hacen a una legislación y a políticas intrínsecamente negativas, sino a las que se refieren a la manera como se aplica correctamente una nueva normativa, una nueva política de inmigración, que sea compatible con los valores de la democracia.
Derechos Humanos en la Argentina. Informe anual enero-diciembre 1998
8. Inmigrantes
por Enrique Oteiza y Susana Novick