Los veinte años del golpe cívico-militar convocaron una marcha multitudinaria y, más allá del 24 de marzo, se sometieron a crítica hechos del pasado, que reflejaron las heridos todavía abiertas por la dictadura. Entre ellos se destacó la causa judicial iniciada en España por el juez Baltasar Garzón que ha generado durante su tramitación algunas reveladoras y nuevas “confesiones”.
Además, 1996 estuvo atravesado por una sucesión de hechos vinculados a la violencia y la corrupción policial, la represión de manifestaciones públicas y los datos de la realidad social que reflejaron una alta desocupación. Este escenario fue la antesala de una demanda permanente por una institucionalidad democrática que dé respuesta a la sistemática violación de los derechos fundamentales de una gran parte de la población.