Si bien un nivel extraordinario de lluvias desencadenó diversas inundaciones, en todos estos casos existió responsabilidad del Estado antes y después de la tormenta, pues pecó de imprevisión y luego de negligencia en la atención de la emergencia. Los acontecimientos dejaron en evidencia, además, la precariedad en las condiciones de vida de las comunidades afectadas, que habitan las zonas calificadas fatalmente de “inundables”.
Así, si bien las lluvias son acontecimientos naturales, las inundaciones y sus secuelas son acontecimientos sociales, que expresan tanto la ausencia del Estado, como el preocupante grado de vulnerabilidad de comunidades enteras que viven olvidadas y a merced de la naturaleza.
A partir de esta visión trataremos la cuestión de las inundaciones en la cuenca del Paraná. Así, en primer lugar, señalaremos los derechos sociales afectados. En segundo lugar se indicará la falta de una política eficaz de previsión. A su vez, mencionaremos problemas concretos ocurridos durante la emergencia. Luego realizaremos una referencia a la inexistencia de una política clara para la rehabilitación y reconstrucción de las zonas afectadas. Por último se advertirá de los graves problemas sanitarios que generan las inundaciones, todo ello en el marco de la omisión de una planificación anticipada de la cuestión.
Como un capítulo aparte merece ser mencionada la activa participación de la sociedad en solidaridad con aquellas personas afectadas por el acontecimiento natural y frente a la deserción del Estado como garante primario del auxilio y protección de los inundados.