Este capítulo está destinado al análisis de la particular exclusión que padece un sector tradicional aunque muy poco visible de la sociedad argentina: el de los campesinos.
Las prioridades de las políticas públicas, el modelo socioeconómico vigente y, en general, los cambios macroeconómicos producidos contribuyeron en forma creciente al aislamiento, la marginación y la vulnerabilidad de este sector constituido por más de 500 mil familias de pequeños productores minifundistas, y trabajadores rurales en su mayoría transitorios; familias que, en muchos casos, están constituidas por quienes no alcanzaron a sumarse a las permanentes migraciones del campo a la ciudad, o por quienes regresaron luego de sufrir experiencias de fracaso.
El capítulo incluye, en el apartado referido al acceso a la tierra, algunos casos propios de comunidades indígenas. Si bien la población indígena constituye un sector social específico, su inclusión aquí se debe a que las comunidades que lo integran, aun con sus características particulares, comparten en este sentido la problemática propia del conjunto del campesinado, y similares dificultades, privaciones y/ o restricciones.