El estado del ambiente es un factor determinante de la calidad y dignidad de la vida humana, así como de sus posibilidades de desarrollo. Por lo tanto, existe una estrecha vinculación entre derechos humanos y medio ambiente. Sin embargo, esta dependencia no está instalada en la conciencia colectiva. Las violaciones a derechos humanos originadas por problemas ambientales revisten gravedad institucional, ya que en la mayoría de los casos tienen que ver con conductas o actividades sistemáticas que comprometen a grupos o comunidades enteras, con continuidad en el tiempo y efectos que se multiplican y trascienden su origen. Además, los sectores más afectados suelen ser los más desposeídos.
En este capítulo se presentan datos generales y casos concretos que revelan la estrecha relación entre el estado del ambiente y la calidad de vida de las personas y que descubren en particular la deserción del Estado respecto de su función de resguardar el patrimonio natural del país, su desinterés hacia la suerte corrida por las víctimas del deterioro de dicho patrimonio y su negligencia en el control de los grandes contaminadores.