Si bien los datos estadísticos muestran un descenso en los casos de crímenes violentos durante 2006, la inseguridad ha vuelto a instalarse como una cuestión considerada grave y urgente. Esto se debe a que ciertos actores con una impronta marcadamente autoritaria han demostrado gran capacidad de afectar y, en buena medida diseñar, el modo en que aparece este tema en la agenda pública.
En este capítulo se revisan, primero, las particularidades que tuvo el debate en torno a la seguridad durante año, prestando atención a los discursos que se destacaron en la discusión pública e identificando las intervenciones del gobierno que contribuyeron a contrarrestar o a reafirmar el liderazgo de ciertos referentes e ideas. Luego se identifican actores con presencia pública en esta agenda. Se considera que las formas en las que estos se presentaron fueron constitutivas de sus reclamos y contribuyeron a delinear un escenario electoral en el que se planteaba una fuerte competencia en torno de los sentidos del delito, la seguridad y la inseguridad.