En esta parte se analiza la represión contra los trabajadores de la empresa multinacional de origen italiano Fiat, con particular atención a las plantas ubicadas en Córdoba (y menciones a aquellas localizadas en Santa Fe y en la zona oeste del conurbano bonaerense). La provincia de Córdoba y su ciudad capital constituyeron un epicentro del activismo obrero y sindical desde los años 60, que se caracterizó por el desarrollo de una corriente combativa que tuvo como exponentes centrales al gremio de Luz y Fuerza, bajo la dirección de Agustín Tosco y el SMATA provincial, que estuvo liderado por René Salamanca desde 1972, así como las direcciones clasistas en los sindicatos SITRAC y SITRAM, en las plantas de Fiat Concord y Materfer.
Estas figuras y organizaciones que adquirieron protagonismo no solo a nivel provincial sino también nacional, fueron en realidad las más visibles en un contexto de diversos procesos de organización en fábricas y ramas de producción industrial, así como en sectores de servicios en la zona. Los levantamientos obrero-estudiantiles conocidos como el Cordobazo, ocurrido en 1969, y el Viborazo, en 1971, fueron procesos centrales en la historia política del país, y la política represiva hacia los sectores combativos de la provincia fue también muy intensa desde 1974 en adelante, y se intensificó aún más luego del golpe del 24 de marzo de 1976.