Publicada en Revista Crisis / Foto Martín Rata Vega
El presidente argentino fue la principal figura de la cumbre “Viva 24”, organizada el 18 y 19 de mayo por el partido español VOX en el Palacio de Vistalegre de Madrid, donde se reunieron varios exponentes de la ultraderecha global. Javier Milei se movió allí como un pez en el Atlántico, capaz de pivotar entre las distintas corrientes y familias de una internacional reaccionaria que se muestra más desafiante y antiderechos que nunca. Tan a gusto se lo vio, que confesó su preferencia por la tarea de divulgación antes que por la jefatura del estado-nación.
El cónclave funcionó como lanzamiento de la campaña para las elecciones al Parlamento Europeo que tendrán lugar entre el 6 y el 9 de junio. Y esa demostración de fuerza anticipa lo que las encuestas vaticinan: un resultado favorable para la extrema derecha, que podría dinamitar los equilibrios políticos de la Unión, en un contexto signado por la guerra.
Hay siete grupos de afinidad política transnacional en la Eurocámara, pero los dominantes son el Partido Popular Europeo y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas. Visto desde España: en el primero se alista el PP español, aliado internacional del macrismo y principal oposición de derecha al gobernante PSOE. Mientras tanto, VOX es miembro del Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), una alianza netamente reaccionaria, que sin embargo tiene aún a su derecha a Identidad y Democracia (ID). “Viva 24” marcó la confluencia de estos dos últimos actores. Los anfitriones comparten el ECR con los también asistentes Giorgia Meloni, primera ministra italiana, Viktor Orban, presidente húngaro, y el exmandatario polaco Mateusz Morawiecki. Junto con ellos, estaban por el ID la francesa Marine Le Pen y el portugués André Ventura.
Milei fue el invitado extra continental más celebrado, pero no el único. También participaron el ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Amichai Chikli. Y dos estadounidenses de peso en el dispositivo trumpista: Matt Schlapp, operador clave de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), y Roger Severino, vicepresidente de The Heritage Foundation. En cuanto a los referentes “sudacas”, además del argentino viajó el candidato presidencial de la ultraderecha chilena, José Antonio Kast; y Eduardo Verástegui, que propone a Dios y la lucha contra el aborto como pilares de México. Llamó la atención la ausencia de dos países claves en la constelación reaccionaria de Latinoamérica: el bolsonarismo brasileño y el salvadoreño Nayib Bukele, que sí habían asistido a la CPAC que organizó Steve Bannon en abril.
Polarización o diplomacia
El profeta argentino viajó a Madrid para advertirle a occidente sobre los riesgos de la justicia social. De un lado occidente, la propiedad, la libertad, la vida, y la familia. Del otro el socialismo, la justicia social, los sindicatos, las feministas y la cuestión ambiental. En términos concretos, esa cruzada se plasmó en una insólita crisis diplomática con el presidente español Pedro Sánchez.
Varios analistas dejaron entrever que la polarización entre los jefes de estado argentino y español resulta funcional políticamente a Vox y al PSOE: de cara a los comicios de junio, este contrapunto fortalece tanto a la ultraderecha como al socialismo, en detrimento del PP. Mientras Milei se gana un lugar central en los titulares como antagonista internacional contra el socialismo, la jugada de Sánchez recuerda la apuesta peronista de 2023: confrontar con el otro extremo para limar las posibilidades de quien aparece como la principal amenaza opositora. Quizás a Sánchez le salga bien y logre imponerse con este tipo de maniobras, pues el socialista ha dado muestras de una gran audacia táctica. Pero desde el punto de vista estratégico y dada la experiencia argentina, es posible que esté jugando con fuego.
Culto a la desigualdad
La delegación argentina estuvo bien surtida. En la comitiva oficial se destacó, como casi siempre, la hermana Karina; estuvieron también la canciller Diana Mondino y el ahora ex-jefe de gabinete Nicolás Posse, dos ministros poco valorados hoy por la Casa Rosada; el titular de justicia Mariano Cúneo Libarona; los diputados provida Santiago Santurio y Nicolás Mayoraz; el secretario de culto Francisco Sánchez, junto a su jefe de asesores, Tomás Randle; y Bettina Guardia, esposa del magnate Alejandro Bulgheroni nombrada en marzo de 2024 como “embajadora de la Marca País”. En Madrid se sumaron a la gira el influencer Agustín Laje, la vicepresidenta de “Los Halcones”, grupo de jóvenes afín al PRO, Sofía Dutallaz, y Santiago Muzio, argentino radicado en España que dirige el Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP), escuela de formación de cuadros de VOX.
Hubo un faltazo importante, que pasó desapercibido gracias al brillo de la estrella libertaria: Victoria Villarruel, vicepresidenta argentina y habitual interlocutora de Vox, hoy en evidente tensión con el líder de su partido. La convivencia entre los tres sectores que conforman al oficialismo argentino, como se sabe, no está siendo cosa fácil. Igual que en las amalgamas internacionales, pero en escala local, expresan tradiciones de derecha y proyectos de poder cuya compatibilidad está por verse. En la medida en que no logren sus objetivos políticos las internas pueden desatarse.
Después del presidente, la figura más resonante de la delegación argentina fue el secretario de Culto, Francisco Sánchez, que participó en la mesa “Voces de libertad contra la izquierda criminal” y brindó un discurso contra el divorcio, el aborto y el matrimonio igualitario, que incluso medios habitualmente celebratorios como Infobae tildaron de polémico. Compartió el panel con su compatriota Santurio, quien propuso una extraña teoría: atentar contra la propiedad privada es atacar directamente el núcleo de la familia, lo cual habilita la existencia de gobiernos autoritarios.
Este sector de la ultraderecha argentina que representa la agenda más tradicionalista, también participó en algunas reuniones y eventos colaterales: con el Centro de Derechos Fundamentales (Center for Fundamental Rights o Alapjogokért Központ), organización subsidiada por el gobierno de Hungría que organizó la tercera edición de la CPAC con Orban presente y Trump a distancia; con la Red Política por los Valores (Political Network for Values), organización presidida por Kast que articula a políticos conservadores de América Latina, Estados Unidos y Europa; y con los evangélicos de la Convención Europea de Parlamento & Fe 2024.
Milei y la iberosfera
Quizás el dato más relevante de lo sucedido en Madrid sea el involucramiento de Milei en el proyecto de “Iberosfera” que propone Vox, orientado a remarcar la zona de influencia de la hispanidad sobre América Latina.
Desde 2020, cuando Santiago Abascal habló por primera vez de Iberosfera, la formación de ultraderecha proyecta esta comunidad de destino alrededor de una supuesta “raíz” compartida en torno a la lengua y la fe cristiana. La estrategia también incluye a Portugal —representado por el partido “Chega”— y a Brasil, aunque en un lugar menos destacado. Para su promoción, Vox cuenta con tres instrumentos: el think tank Fundación Disenso; el medio digital La Gaceta de la Iberosfera; y la “Carta de Madrid”, manifiesto fundacional del Foro Madrid, alianza internacional de conservadores y ultraderechistas de América Latina, Estados Unidos y Europa.
La Iberosfera es una plataforma de acción coordinada entre partidos y políticos de ambos lados del Atlántico, que reaviva el ideal colonial y la influencia económica española en la región. Vox se posiciona así como un actor relevante en el plano internacional, con un diferencial respecto de Estados Unidos y su propuesta de “Latam”. Madrid como capital subimperial, en lugar de Miami. Sin embargo, el liderazgo norteamericano no parece estar en cuestión, ya que la verdadera disputa epocal enfrenta al “atlantismo” comandado desde Washington contra la amenaza de una hegemonía no-occidental.
Entre tanto, para Milei el proyecto de Iberosfera es una oportunidad para intensificar su batalla cultural. Cualquier palestra le suma una nueva pieza digital viralizable y regresó del periplo madrileño convencido de que su liderazgo ya posee estatura global. Mientras se autopercibe como el más importante divulgador de la libertad en el mundo, la revista Time, que llevó a Milei en su última portada, señaló que “sus ataques contra la prensa y sus amenazas contra los ´traidores´ políticos pueden adquirir un matiz autoritario”.