El conocimiento público de que en los depósitos de Capital Humano había más de cinco toneladas de alimentos prontos a vencer y sin repartir funcionó como detonante para que, a poco de cumplir sus primeros seis meses, el gobierno libertario sufriera un golpe significativo en uno de sus principales experimentos. Cuando todo indicaba que Milei contaba con aval para meterle motosierra hasta a las políticas públicas más elementales, el Juez Sebastian Casanello hizo avanzar una denuncia presentada en febrero por Juan Grabois contra la ministra Sandra Pettovello.
Luego de que Casanello ordenó un allanamiento y puso un ultimátum al gobierno, la ministra, a través de su flamante alfil Leila Gianni, subsecretaria Legal y Técnica del ministerio, apeló y denunció la injerencia de la justicia en el diseño y ejecución de sus políticas, acusando a Casanello de ser militante K. Sin embargo, la Sala II de la Cámara Federal le dio la razón al juez y exigió un plan de distribución en un plazo de 24 horas. Con la ministra contra las cuerdas, se disparó otro escándalo, esta vez protagonizado por su secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo de la Torre, por una presunta red de recaudación ilegal a través de contratados que cobraban sin ir a trabajar.
En este informe especial realizado por el Equipo de Investigación Política de Revista Crisis (EDIPO) y el equipo del CELS, se hará foco en esa fractura expuesta a través de una radiografía del primer semestre del ex Ministerio de Desarrollo Social, devaluado y a la vez rebautizado como Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), donde puede verse con claridad cómo se intentó desplegar un nuevo paradigma de intervención estatal exportado desde una experiencia local clave. Luego se desgranará la avanzada anti derechos (y sus derrapes) en el gobierno y se abordarán preguntas sobre el futuro de un ministerio que guarda en sus entrañas una bomba de tiempo.
Foto: Martín Rata Vega para Crisis