El informe 2010 reseñó los avances conseguidos y proyectó sus posibilidades de consolidación. El balance de ese año también mostró regresiones en algunos temas sustantivos y asignaturas pendientes vinculadas a las debilidades de los poderes del Estado para garantizar el respeto de los derechos fundamentales en todo el territorio del país.
Uno de los desafíos que se presentaron de cara al Bicentenario fue cómo conciliar la inédita presencia que los principios de derechos humanos alcanzaron en la agenda pública con una garantía efectiva de protección para todos los sectores de la población, y en especial para los más vulnerables.