El 5 de junio de 2012, la Corte Suprema hizo lugar a un recurso extraordinario de la defensa de Fernando Carrera y dejó sin efecto el fallo anterior de los jueces de Casación por considerar que no habían realizado la revisión “integral, exhaustiva y amplia” de la condena que ameritaba el caso.
Este documento se publicó en 2013 luego del fallo de la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, que condenó a Fernando Carrera a 15 años de prisión por los hechos conocidos como la Masacre de Pompeya. La sentencia dejó en evidencia las dificultades del sistema judicial para desmontar tramas de encubrimiento en las que intervienen policías, fiscales y jueces. Estas dificultades derivan en la imposibilidad de hacer justicia en casos viciados de irregularidades desde sus inicios, aún cuando existe un mandato de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El fallo transmitía el mensaje de que la impunidad del accionar policial puede ser garantizada a través de las diferentes instancias judiciales y que las resistencias para desarmar la histórica trama de complicidades policial-judicial mantienen toda su vigencia.
Casi doce años después de la Masacre de Pompeya, Fernando Carrera fue declarado inocente por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.