Durante diecisiete días, en el otoño de 1979, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) llevó a cabo una investigación en Argentina. La CIDH entrevistó en unidades de detención oficiales del país, en forma privada, a cientos de prisioneros políticos y garantizó el testimonio de los pocos afortunados que, después de pasar por centros clandestinos de torturas, fueron liberados.
De esa visita resultó un informe que dio inicio al proceso de deslegitimación de la dictadura cívico-militar. Esta es la historia de esa visita y de sus resultados, escrita en primera persona por uno de los comisionados que integró el contingente de la visita, Tom Farer, quien también colaboró en la redacción del informe de la CIDH y declaró en el juicio a las juntas militares en 1985. En sus palabras: “más tarde regresé periódicamente para apreciar la evolución de la transición argentina desde el terrorismo de Estado hacia un país dominado por un discurso de derechos humanos, aunque no siempre con una práctica ideal de los mismos. Si bien ésta es una versión personal, espero resulte compatible con la realidad tanto como cualquier versión puede llegar a serlo”.