El sistema agroalimentario argentino tiene limitaciones para garantizar un acceso equitativo a los alimentos. Durante los primeros meses de la pandemia los precios aumentaron de manera abrupta mientras los ingresos de las mayorías disminuían. Los incrementos se mantuvieron durante 2021 y se colocaron por encima de la inflación general.
En la Argentina, comer sano es un privilegio. El sistema de producción, distribución y comercialización se rige por la hegemonía del mercado y la agroexportación y sólo lateralmente incluye medidas e iniciativas orientadas a un acceso justo y universal. La lógica rentística dominante refuerza la concentración, determina qué alimentos se producen y condiciona cómo se distribuyen y comercializan. Los modelos basados en la agroecología y la soberanía alimentaria están ganando capacidad y despliegue, pero aún no son masivos. El origen de la comida y el dominio de los medios de producción son las coordenadas principales para comprender los problemas del modelo actual. La concentración de la tierra es, además, un punto crucial.
Índice
1
Un camino hacia la alimentación justa
2
El modelo rentista y concentrado
3
Agronegocios
4
A la fuerza
5
Las semillas
6
Paradigmas en disputa
7
Una alternativa popular